Dialogar con nuestro cuerpo

El diálogo con nuestro cuerpo es parte del camino de integración que el Yoga nos promete. Promesa que deviene realidad cuando con sinceridad y confianza nuestro terapeuta corporal ,nos sostiene para que podamos interpretar las señales profundas del lenguaje corporal.
Es un diálogo que aprendemos a apreciar a través de nuevas sensaciones, como la respiración en el vientre, liberada por el flujo de energía que se desata al llevar la conciencia a cada parte del organismo.

El terapeuta corporal entabla con su alumno un diálogo de sensaciones, de nuevos paradigmas de movimiento hasta ahora desconocidos para el alumno. Algunos se preguntan :¿ cómo puedo ahora moverme tan bien, tan libremente?. ¿Cómo es posible que haya vencido el vértigo que tenía de niña que me impedía ponerme cabeza abajo?. El dolor ya no está y lo que me ataba desapareció y en su lugar quedó la respuesta a tanta búsqueda. Quizás mi ira retenida, una herida emocional, la culpa, la tristeza o la impotencia, expresadas en los anillos de la coraza corporal.
Siguiendo a Reich,cuando revelamos la coraza muscular , la estructura caracterial neurótica y las emociones reprimidas se desatan ya que están fisiológicamente enraizadas en espasmos musculares crónicos. Las emociones no son meros sentimientos que flotan alrededor del cerebro: toda emoción también involucra un impulso a la acción. La tristeza, por ejemplo, es un sentimiento –un evento psíquico- pero también involucra un impulso a llorar, impulso que es un verdadero evento psíquico que conlleva un determinado tipo de respiración, vocalizaciones, expresiones faciales. Si el intento de llorar tiene que ser suprimido, todos esos impulsos musculares convulsivos tiene que ser suprimidos por medio de un esfuerzo voluntario de contención y de tensión. Sobre todo uno debe contener la respiración. Con esto no sólo se suprimen los sollozos o los gritos, sino que se hace descender el nivel de energía disminuyendo la toma de oxígeno. Además, las tensiones musculares bloquean el flujo de energía que constituye un aspecto esencial de la excitación emocional.

Si la retención muscular llega a hacerse habitual, se convierte en contracciones espásticas crónicas de la musculatura. Estos espasmos se vuelven automáticos, inconscientes; no pueden ser relajados voluntariamente; persisten aún al dormir. La supresión se ha convertido en represión. Los sentimientos y recuerdos olvidados permanecen adormecidos aunque intactos bajo la forma de impulsos de la acción congelados en los músculos y la totalidad de estos espasmos musculares crónicos constituye un sistema de coraza muscular que nos defiende contra los estímulos del exterior, pero también contra los estímulos del interior.

Así, la coraza muscular es el aspecto físico y la coraza caracterial es el aspecto psíquico de nuestro sistema de defensa. Uno es completamente inseparable del otro.

Otro de los increíbles descubrimientos de Reich es la disposición de la coraza en segmentos o anillos. Los bloqueos musculares individuales se alinean según una disposición segmentada. Los segmentos funcionan transversalmente, formando ángulo recto con el flujo longitudinal natural de la energía biológica. Son como los anillos de un gusano, cuando a éste se lo aprieta, sus anillos se encogen, obturando y desorganizando el sinuoso flujo natural de corrientes longitudinales de energía. Lo mismo que la disposición segmentada de la columna vertebral, de los ganglios autónomos y de los intestinos, los anillos de la coraza muscular envuelven porciones de nuestro cuerpo.

Reich identificó siete segmentos primordiales de la coraza, el ocular, el oral, el del cuello, el torácico (incluidos los brazos), el diafragmático, el abdominal y el pélvico (incluidas las piernas).La relación con el sistema de los siete chakras es desarrollada en detalle en nuestros cursos de Perfeccionamiento en Yoga Terapéutico de la Escuela Virtual Taitoku.

Cada segmento es un anillo o cinturón de tensión que circunda el cuerpo y que también afecta los órganos internos subyacentes. La relativa independencia de estos segmentos se observa en el hecho de que toda actividad emocional o bioenergética en una parte de un segmento tenderá a influir en sus otras partes, mientras que los segmentos adyacentes a menudo mostrarán signos de incremento del acorazamiento o la resistencia, como una reacción defensiva a la presión que ejerce la energía liberada, la cual está tratando de abrirse paso.

Liberaciones emocionales profundas, convulsivas y hasta recuerdos reprimidos en las edades más tempranas, emergen espontáneamente , sin esfuerzo especial, simplemente como un subproducto del ablandamiento continuo de las resistencias. La energía, que fluye libremente al haber sido liberada, se introduce en los bloqueos que aún quedan, facilitando su relajación y poniendo en movimiento un proceso de disolución espontánea de acorazamiento que, finalmente, penetra hasta los niveles más profundos del funcionamiento biológico.Y aquí grandes oleadas de energía comienzan a sensibilizar al alumno abriéndose así el camino para el desarrollo pleno de la conciencia organísmica,de mi cuerpo ligado al sentir, al pensar y al actuar en sintonía.

Adriana Paoletta

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