¿Dónde estoy cuando el método se termina?. El camino de la meditación.

Es una pregunta que nos hacemos cuando llegamos al estadio de la meditación en la que el método se diluye en el centro de nuestro ser. ¿Y ahora qué , hacia dónde caminar, a quién escuchar en medio de este silencio?.

Método significa en griego camino. También otra acepción es "forma de hacer algo", procedimiento. Camino es aquel que transitamos para llegar a un punto. En la meditación el punto al que arribamos a través del camino o del método sugerido por el guía, es el punto de partida para abandonar el método.

La meditación oriental, tanto como la oración cristiana contemplativa, se definen por su gratuidad. Como decía Jean Lafrance,"en el don gratuito de ti mismo a Dios y a los demás es donde experimentas de verdad la gracia y esto ocurre al ras de tu existencia". O en el manuscrito místico inglés del siglo XIV, (La Nube del No Saber):"la oración contemplativa es don de Dios, totalmente gratuito. Nadie puede merecerlo".

Quieres subir a una alta montaña, y Dios te quiere hacer bajar, pues te espera en el fondo del valle de la humildad. (Santa Teresa de Lisieux)


Es tu propia intimidad la que se te abre gratuitamente al meditar, en la que estableces una relación con la profundidad de ti mismo , con la hondura de tu existencia, con el misterio mismo que se expresa en la soledad. Como decía bellamente Krishnamurti "la soledad es la conciencia del Yo sin actividad".
El método conduce a la conciencia a ese espacio entre pensamiento y pensamiento, donde no hay tiempo, y allí la intuición, podrá penetrar directamente la realidad. Pero al llegar hasta esa orilla, el método se destruirá, ya que dejará de ser útil. En ese espacio entre pensamiento y pensamiento, donde no hacemos ni decimos, se expresa "la soledad sonora", como canta San Juan de la Cruz .

Practicar el silencio , en esa soledad interior,significa trabajar para acallar el yo, con el propósito de hacernos aptos a aquel conocer que se produce más allá del “yo” y del mundo que el “yo” construye. No se trata de un conocimiento que se pueda adquirir, no se trata de llenar más y más nuestro acervo de conocimiento, sino de vaciarme de todo aquello que no me permite hacer pie ,en el núcleo de mi propio existir , en mi esencia original unida al Amor de Dios.

Saberme despojado de todo método, en donde la verdad es una "tierra sin caminos" como definen coincidentemente San Juan de la Cruz y Krishnamurti, es dejar atrás toda construcción, para comenzar a deconstruir el lenguaje y encender el fuego que aniquile la ilusión.

Así todo método será útil y necesario siempre y cuando contribuya a la única cosa necesaria en el camino de la meditación: la simpleza, el desposeerme, entrando en el vacío de todo, haciendo que todo lo que parecía útil en la vida cotidiana, trueque en futilidad, abrigando mi pequeñez en el encuentro más profundo y singular.

Por ello deberás acostumbrar la mente y el sentir a andar ligeros y a la percepción a intuir en el silencio sutil… La práctica consistirá en eso: en ese trabajarse, sutilizarse, reformarse, para hacerse capaz de Aquel, de aquello, que escapa a cualquier forma y cualquier concepto, pero que todo lo es.

Adriana Paoletta

Gráfico: fotografiado del libro Energía del Vacío de Nicolas Caballero .Edit. Edicep.

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